Para atraer a Daniel Alves de vuelta a España y así detenerlo, la policía catalana (Mossos d’Esquadra) planeó una auténtica trampa, según información del diario español «El Correo». El plan, que se habría elaborado a partir de las declaraciones de la víctima y los testigos, las pruebas recogidas y las grabaciones de las cámaras de seguridad del club nocturno, incluía la filtración intencionada de información y la oferta de una reunión informal, que culminó con la detención del jugador el viernes de la semana pasada (20).
La «trampa» habría empezado a pensarse el 2 de enero, pocos días después del suceso, según la información obtenida por el periódico. La policía catalana, tras escuchar las declaraciones coherentes y no contradictorias de la víctima y los testigos -incluido el personal de la discoteca-, recopilar pruebas y comprobar las cámaras de seguridad de la discoteca, llegó a la conclusión de que la joven no mentía.
Como Daniel Alves había regresado a México -donde residía y jugaba en el club mexicano Pumas-, todos los esfuerzos policiales se dirigieron a conseguir que regresara a España, ya que la policía sabía que, si permanecía en el país centroamericano, un eventual proceso para intentar extraditarlo sería muy complicado y probablemente imposible.
Además, si regresara a Brasil, el jugador no podría ser extraditado debido al artículo 5 de la Constitución Federal, que prohíbe entregar a cualquier ciudadano brasileño a un tercer país. Por tanto, la policía española necesitaba que Daniel Alves estuviera en suelo español para detenerlo.
Noticias falsas
Con las primeras informaciones en la mano, la policía catalana dejó que la acusación de acoso sexual se extendiera por los medios de comunicación. Sin que la policía hiciera ningún esfuerzo, la noticia se completó rápidamente con información falsa sobre las cámaras de seguridad, que «confirmaban» que Daniel Alves y la chica no se conocían y que sólo estuvieron 47 segundos en el baño del club, un lapso de tiempo que minimizaría las acusaciones.
Ante la difusión de la «fake news» por todo el mundo, el propio jugador lo hizo público, en un vídeo enviado a la cadena Antena 3, negando las acusaciones y afirmando que no conocía a la mujer, de 23 años.
Plan de prisiones
Con la contradictoria declaración televisada de Daniel Alves «demostrando su inocencia», la policía catalana, según las conclusiones del informe, vio el momento perfecto para ponerse en contacto con la defensa del jugador para una «reunión» informal con el fin de entender lo que habría sucedido el 30 de diciembre, con las pruebas ya en la mano.
Así, la muerte de la suegra de Daniel Alves, Mara del Carmen Sanz, sirvió de pretexto para atraer al brasileño de vuelta a España.
Nada más aterrizar en el país, Alves tuvo sus pasos estrechamente vigilados por la policía y cuando acudió a declarar, junto a su abogado, ya escuchó la orden de detención y fue retenido, con la idea de que la fiscalía y el juez del caso dieran fe de las contradicciones del jugador.
Todo, al principio, estaba dentro del guión posible, que en la mente del jugador acabaría en la liberación o, en el peor de los casos, en la liberación provisional.
Testimonios y detención provisional
Al cabo de una hora, Daniel Alves fue trasladado a una celda, sin ser interrogado, ya que el brasileño se declaró inocente. La policía quería que el Ministerio Fiscal y el juez vieran por sí mismos las incoherencias de la historia del jugador.
Las contradicciones evidenciaron que ni el jugador ni su defensa conocían todas las pruebas que había reunido la policía catalana.
El lunes (23), el brasileño fue conducido a la prisión de Brians 2, a pocos metros de Brians 1, donde estaba recluido provisionalmente desde el viernes (20). Sin derecho a fianza y bajo la acusación de agresión sexual, Daniel Alves contrató el martes (24) al reputado abogado español Cristbal Martell, especialista en derecho penal y conocido por alcanzar acuerdos judiciales o extrajudiciales beneficiosos para sus clientes en casos de repercusión en el país.