La mujer de Daniel Alves, Joana Sanz, ha utilizado Instagram para agradecer el apoyo recibido tras la detención del lateral derecho la semana pasada. El ex jugador de los Pumas de México fue detenido en Barcelona, España, donde se enfrenta a cargos de agresión sexual.
«Quería hacer este vídeo para que lo vieran, porque sé que hay mucha gente muy preocupada. Tengo un momento de calma dentro de toda la tormenta que está pasando y quería aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a tanta gente que me está apoyando», dijo la modelo de 29 años.
Comprender el caso de Daniel Alves
Según el diario ‘El Peridico’, Daniel Alves, de 36 años, habría maltratado a su mujer el 30 de diciembre de 2022 en el baño de una discoteca mientras estaba de vacaciones en Cataluña tras el Mundial de Qatar -donde jugó con la selección brasileña-.
No se reveló el nombre de la víctima, pero según el comunicado, tiene 23 años. La mujer declaró que fue invitada por Daniel Alves y un amigo a una zona privada de la discoteca Sutton de Barcelona. El jugador le habría cogido la mano y se la habría puesto en el pene, contra la voluntad de ella. Entonces, el defensor la habría llevado a un baño y la habría violado.
Según la publicación, la mujer dijo que Daniel Alves se sentó en el retrete, se subió a su vestido y la obligó a mantener relaciones sexuales con él. También la tiró al suelo y la obligó a practicarle sexo oral. La mujer intentó resistirse y fue golpeada. Finalmente, Daniel Alves la habría penetrado por fuera.
El periódico también informa de que la joven fue sometida a exámenes en los que se detectaron lesiones provocadas por la violación y la agresión.
¿Qué dice Daniel Alves?
En su declaración, Dani Alves ha vuelto a negar las acusaciones. Confirmó que estuvo en la discoteca Sutton esa noche, pero dijo que no cometió ningún tipo de agresión. La declaración siguió la línea de la primera vez que Daniel habló de lo sucedido, en una entrevista con el programa español ‘Y ahora Sonsoles’.
«Sí, estuve en ese lugar, con más gente, enrollándome. Y los que me conocen saben que me encanta bailar. Bailaba y disfrutaba sin invadir el espacio de los demás. No sé quién es esta señora. Nunca he invadido un espacio. ¿Cómo puedo hacerle eso a una mujer o a una niña? No, por Dios», dijo el jugador.