El pasado verano, tras el fiasco en la burbuja de Valencia, el Real Madrid le dijo a Nicolás Laprovittola (Morón, Argentina, 1990) que se buscara equipo. Había llegado un año antes, bajo una vitola que escondía otra realidad. En 2019 fue MVP de la Liga Endesa con el Joventut, pero nunca fue el tipo de base que pretendía Pablo Laso. Tras una temporada por debajo de lo esperado, asumió que él iba a pagar los platos rotos y llegó a un acuerdo con el Panathinaikos. Pero, de repente, le dijeron que no.
«No ha sido fácil lidiar con eso. Hasta el final no supo si iba a quedarse. Después, siempre estuvo a la sombra de Campazzo. Y cuando se fue el ‘Facu’, se le quedó un escenario complicado al tener que sustituirle», describen desde su entorno. Con ese estigma del rechazo frustrado hubo de avanzar el argentino, sabedor de que la única razón que le mantenía de blanco era la pregonada marcha de su compatriota y amigo. Si a su baloncesto de balón en mano y ritmo pausado ya le costó en el primer curso, con la sospecha sobre él todo fue a peor en el presente. Hasta el punto de que el joven Carlos Alocén empezó a robarle el mando. Pero, cuando parecía perdido para la causa, boom.
Tras críticas a veces demasiado crueles que le hicieron mella y después de recobrar el tono físico (en febrero pasó el coronavirus y le costó recuperarse), con abril ha llegado el Laprovittola nunca antes visto en el Madrid. Fue el mejor en Estambul la semana pasada, en el partido sin red ante el Fenerbahçe (18 puntos, 10 asistencias y su tope de valoración en Euroliga) y decisivo en el Palau con esa canasta final que tan bien le define: frío, directo, fácil y sin estridencias. En los últimos cuatro partidos promedia 17,2 puntos y 7,7 asistencias (23,7 de valoración) Y, en ese total de 109 minutos en pista, más de lo habitual, apenas perdió seis balones. Precisamente eso, el cuidado de la pelota, es uno de los aspectos que más ‘dolieron’ siempre a Laso de su pupilo. «Está jugando en líneas generales muy bien. Creo que hay cosas que puede hacer mejor, siempre pienso que puede hacer cosas mejor, pero es verdad que se está encontrando cómodo, tirando con buenos porcentajes», reconoció el técnico vitoriano tras el triunfo liguero del martes ante el Lenovo Tenerife.