La extraña parálisis del Atlético: 10 años seguidos en Champions, pero nada de fichar si no hay ventas

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Pese a firmar su 10º billete seguido a la Liga de Campeones y contar con 40 millones anuales del nuevo patrocinador, los rojiblancos no pueden moverse en el mercado sin vender. El belga Witsel, que llega libre, apuntalará el centro del campo.

Hace un mes que el Atlético zanjó la temporada en San Sebastián con un tercer puesto que, considerando las turbulencias y el crudo invierno al que tuvo que sobreponerse, no supo del todo mal. Apenas se ha hablado de fichajes desde entonces. Entre las sinuosas y polémicas franjas de su nueva camiseta, el cambio de denominación del Paseo de las Leyendas por el Centenario, el ruido incesante por el escudo y una toma de contacto entre el club y varios colectivos rojiblancos, a propósito de las «señas de identidad» y la «historia», han pasado buena parte de las páginas de un mes de junio que, en otras temporadas, solía venir acompañado de rumores y fichajes. A Rodrigo de Paul ya se le dio por cerrado hace un año, por estas mismas fechas, mientras deslumbraba en la Copa América.

Pero este arranque de verano navega silencioso por la orilla rojiblanca. No se prevé ningún gran movimiento. Entre otras cosas porque, según deslizan desde las entrañas del club, no hay dinero para sostener operación alguna. Ni grande ni pequeña. Cualquier movimiento, salvo que llegue libre, quedaría a expensas de la venta de alguno de los engranajes de la plantilla. Una situación que puede sorprender, ya que el Atlético viene de firmar su décima presencia consecutiva en la Liga de Campeones. Algo impensable hace no tanto.

«Miguel Ángel [Gil] me pidió cuatro o cinco clasificaciones seguidas para Champions seguidas cuando llegué y ya son 10 temporadas, creo que estará contento», celebraba Diego Pablo Simeone en la sala de prensa de Elche, tras sellar un billete que parecía arrugado con dos jornadas de adelanto. Su ausencia en la máxima competición europea habría obligado a dar salida a alguna(s) estrella(s) del equipo. Léase, por ejemplo, Jan Oblak, al que sólo le resta un año de contrato y cuya renovación vuelve a ser asunto de estado. Los 40 millones anuales (200 en cinco años) que aterrizarán con el nuevo patrocinador de la camiseta (WhaleFin) tampoco parecen ningún alivio para las cuentas.

OPORTUNIDADES DE MERCADO

Si el presupuesto en el verano de 2013, el primero en Champions, era de 140 millones, ahora, pese a los estragos de la pandemia, está en torno a los 400. Eso sí, ahora hay que sostener salarios como los de Oblak (10 millones netos) o Griezmann (por encima de esos 10) que entonces habrían sido impensables. Y también, obviamente, el del cuerpo técnico de Simeone, de unos 20 ‘kilos’ limpios al año. La masa salarial asfixia las cuentas.

La realidad del Atlético en cuestión de fichajes pasa por la liquidez que aporte alguna venta o la anticipación, como ocurrió en 2019, cuando se invirtió el dinero de Griezmann en Joao Félix, por quien suspiraba media Europa. Y, por supuesto, pasa por alguna oportunidad de mercado (por edad, físico…), como sucedió con David Villa, volvió a ocurrir con Luis Suárez y ahora se repetirá con el belga Axel Witsel, inalcanzable en su plenitud, que llegará con la carta de libertad a sus 33 años. El fichaje frustrado del francés Kamara (eligió al Aston Villa), la primera opción de Andrea Berta, desembocará en esa opción que Simeone conoció desde las Maldivas, donde se encuentra de vacaciones.

Witsel (1,86 metros) llega procedente del Borussia Dortmund, un año después de sufrir la rotura del tendón de Aquiles. Precisamente en Dortmund, sobre el Signal Iduna Park, comprobó el Atlético cómo se las gasta el belga, compañero de selección de Yannick Carrasco. En 2018, durante la fase de grupos de la Champions, Witsel manejó al conjunto alemán e incluso marcó uno de los cuatro goles que sellaron uno de los mayores sonrojos rojiblancos en Europa con el técnico argentino. Desde que se anunció la marcha a la MLS estadounidense de Héctor Herrera, allá por marzo, la intención era encontrar un pivote con algunas similitudes a las del mexicano, un año más joven que el que será su sucesor. Simeone, que ha incorporado al cuerpo técnico a su amigo Gustavo López, confía en llevarse algún sobresalto menos con el nuevo fichaje.