Los Golden State Warriors vuelven a ser campeones de la NBA. Nada que hacer para los bellos Celtics de Boston, que lucharon, lucharon, lucharon, pero finalmente sucumbieron en el sexto partido contra los más experimentados y fuertes californianos.
No era una victoria previsible porque Andrew Wiggins a principios de año no quería vacunarse pero luego por suerte para ellos lo hizo y pasó de perdedor a ganador. Klay Thompson no era una conclusión inevitable. Y volvió a ser el mismo de antes de la lesión. Se suponía que James Wiseman iba a volver, pero no lo hizo, y aun así ganaron por cuarta vez en los últimos ocho años. Y luego está él, el hombre que cambió el deporte, el MVP, por cierto por primera vez en su carrera: Steph Curry.
Los californianos han pasado un calvario. Hace dos años ni siquiera llegaron a la «burbuja» de Orlando, el año pasado perdieron en el play-in, este año vuelven a ser campeones de la NBA. Una hermosa historia. Estamos seguros de que dentro de 15-20 años esta historia se contará a través de un documental al menos al nivel de El último baile.
Ahora es el momento de celebrar para los Warriors… pero también es el momento de pensar en ganar el quinto, y luego quizás el sexto. Pero a partir de la semana que viene.
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