Esta noche es el Draft anual de la NBA y este año es particularmente interesante para nosotros los italianos porque Paolo Banchero seguramente será elegido entre los 5 primeros, tal vez entre los 3 primeros, pero también hay un gran bombo para Gabriele Procida y Matteo Spagnolo.
El longevo jugador de origen italiano realizó una excelente temporada en Duke, que desgraciadamente no culminó con la victoria en el torneo de la NCAA, mientras que los otros dos descendieron con Fortitudo Bologna y Vanoli Cremona.
Sinceramente, esto da que pensar. No estamos hablando de dos jugadores de la Lotería del Draft, pero tampoco de dos tipos que se esfuerzan por jugar al baloncesto. Sin embargo, para poder lucirse, tuvieron que acabar con dos de los peores equipos de la liga. Por cierto, Procida viene de dos descensos seguidos porque incluso el año anterior con la camiseta de Cantù había terminado último en la Serie A, aunque era uno de los más positivos entre los Brianzoli.
¿Quieres saber algo increíble? A pesar de los malos resultados del club, los ojeadores de la NBA han seguido acudiendo a verlos jugar en Italia. Y con muchas posibilidades de ser elegidos por alguna franquicia. Difícilmente los veremos en la NBA el año que viene, pero seguro que se les hará un seguimiento durante años, hasta que demuestren estar preparados para dar el salto. Es decir, si eso ocurre.
Pero entonces, ¿por qué un club como el Virtus de Bolonia o el Olimpia de Milán no apostó SERIAMENTE por ellos? ¿Por qué han tenido que acabar en el atolladero del Fortitudo Bolonia -un equipo con problemas económicos y burocráticos- y del Vanoli Cremona, que se sabía que se jugaba no descender? Pero al menos un Germani Brescia, no pedimos tanto, un Reyer Venezia. Un equipo que habría llegado a los playoffs con seguridad.
Procida y Spagnolo no son los únicos
Lo más feo es que no son casos esporádicos. Piensa en Sasha Grant y Davide Casarinambos acabaron en la A2 -y luego ganaron- en Verona. Para encontrar espacio en nuestro país, tuvieron que bajar de categoría. El primero jugó directamente el Alemania-Verona, el segundo lo intentó en Treviso, con muy poca suerte. ¿Y Leonardo Okeke? El mejor sub-21 de la Serie A2, ¿dónde jugará el año que viene? ¿Sigue en la Serie A2 en Casale Monferrato o Tortona apostará por él y lo considerará como jugador de rotación?
La verdad es que los equipos punteros no quieren permitirse el lujo de arriesgar a un procida o a un español y por eso prefieren hacerlo con equipos de menor rango porque les pagan poco y tienen todo por demostrar. Sin embargo, por desgracia, es difícil demostrar si se cambia de entrenador a la semana o de compañero al día, entre otras cosas, todas historias reales para Procida, tanto en Cantù como en Bolonia. Hay que tener fe en estos chicos y, sobre todo, hay que hacerlos jugar, luego vendrán los resultados.
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